Hoy vamos a tratar una de las enfermedades más preocupantes que se dan en nuestra región – la Leishmaniosis:
Las leishmanias son minúsculos parásitos (protozoos) que afectan a los glóbulos blancos de la sangre causando una enfermedad sistémica principalmente en perros.
La transmisión de la leishmaniosis está causada por la “mosca de la arena” (Phlebotomus), una mosca muy pequeña con alas blancas que extrae sangre como un mosquito. Las hembras extraen sangre para poder completar su desarrollo.
La distribución de la mosca de la arena (Phlebotomus) y con ella el riesgo de infección con leismaniosis se da en todo el Mediterráneo: el sur de Francia, Italia, España y Portugal, pero también en la India y en África.
La transmisión de leishmaniosis se produce de la siguiente manera:
La Phlebotomus extrae sangre de un perro infectado con leishmaniosis, más tarde la misma mosca saca sangre de un perro sano e inyecta con su saliva la leishmania en la piel del perro. Desde el sitio de la infección, la “chancra”, la leishmania empieza un desarrollo muy complicado en varias fases hasta que llega a la sangre. Después de un periodo de incubación, que va desde 3 semanas hasta 3 meses (y a veces incluso 3 años) y dependiendo del estado de las defensas del animal, aparecen los primeros síntomas visibles.
El Phlebotomus está activo durante la temporada calurosa, entre Abril y Noviembre, durante el invierno desaparece. El Phlebotomus se esconde durante el día y sale al atardecer con el periodo alto de actividad al amanecer, entre las 2 y las 4 de la madrugada. Por esto, los perros que viven fuera de casa están más expuestos a picaduras de Phlebotomus que los perros que viven dentro de casa, especialmente si la vivienda está protegida frente a mosquitos con mosquiteras, enchufes repelentes, etc. El mes de agosto es la peor temporada, cuando se registra el mayor número de Phlebotomus y es cuando con mayor probabilidad invaden también la casa, escondiéndose dentro de cuartos oscuros y armarios.
Los síntomas principales de la leishmaniosis en el perro son:
Alteraciones de la piel, inflamaciones del ojo, pérdida de peso, crecimiento exagerado de la uñas, glándulas linfáticas hinchadas, enfermedades del riñón y del hígado, incluso fallo de los mismos, cojeras, diarrea crónica, alteraciones de la coagulación con anemia, hemorragias de la nariz, etc.
El diagnóstico de leishmaniosis se realiza principalmente con un simple análisis de sangre, junto con un examen general y a veces con control de los valores renales y/o hepáticos. Otros métodos diagnósticos son la biopsia de la piel y la biopsia de la médula ósea, que no se emplean rutinariamente.
El tratamiento de la leishmaniosis es solamente efectivo si se emplea en una fase temprana de la infección, mejor aún antes de que aparezcan síntomas visibles. Por esto es de suma importancia hacer un análisis de sangre en el perro regularmente, una vez al año y mejor durante el invierno para comprobar si el perro ha sido infectado durante el verano. Un tratamiento a tiempo evita síntomas graves de la enfermedad y prolonga significativamente la vida del animal.
Prevención de la leismaniosis:
Es muy difícil prevenir la infección al cien por cien, ya que los Phlebotomus son tan pequeños que incluso a veces pueden atravesar las mosquiteras, pero hay tres puntos clave que ayudan a evitar el riesgo de infección en nuestras mascotas:
– Dormir dentro de casa para reducir su exposición a la picadura de Phlebotomus.
– Ponerle un collar anti-leishmaniosis que ha demostrado una mayor eficacia que otros insecticidas. Empiece a aplicárselo en Marzo y manténgalo hasta noviembre (consulte a su veterinario).
– Realizar un análisis de sangre anual para asegurarse que el perro no ha estado en contacto con la enfermedad.
– Si ha estado en contacto: tratamiento inmediato.
Nuevos fármacos contra la leishmaniosis:
Ya está en el mercado una vacuna contra esta enfermedad. El veterinario tiene que decidir qué perro puede ser vacunado, ya que no todos los perros son aptos para la vacunación.
Hay también un nuevo fármaco que promete una prevención segura de la leishmaniosis al aumentar las defensas.
Por último, existe un nuevo tratamiento individualizado contra la leishmaniosis que está hecho a partir de tejido linfático del perro enfermo.
Al final, es su veterinario quien tiene que decidir qué tratamiento o tipo de prevención hay que elegir.
¿Pueden las personas padecer leishmaniosis?
El Phlebotomus puede picar a cualquier especie, y en teoría puede transmitir la leishmaniosis a otras especies animales.
El perro, que vive muy cerca de los humanos puede considerarse un reservorio para la leishmania. Una infección por contacto directo con el perro es imposible, siempre es a través de la picadura de la mosca de la arena. Otras especies, incluida la humana, se consideran resistentes a los tipos de leishmania que habitan en nuestra región.
Los gatos, por ejemplo, normalmente no contraen leishmaniosis, así mismo no existen pruebas de que otras especies contraigan la enfermedad.
Las personas con una inmunosupresión severa (por ejemplo: SIDA, o tras un trasplante, o después de un tratamiento prolongado con esteroides) pueden ser infectados. También se ha informado sobre niños pequeños que han contraído la enfermedad.
Así que es muy importante evitar la picadura de la mosca de la arena usando repelentes anti mosquitos, sprays, mosquiteras, etc. Debemos así mismo, tratar un perro que ha dado positivo en la prueba sanguínea. Los perros con leishmania que están en tratamiento dejan de ser un foco de infección para la mosca de la arena.
Por tanto, no olviden por favor, el análisis sanguíneo anual de su perro, estamos en los mejores meses para visitar a su veterinario y hacerlo, y empiece a proteger a su perro contra la mosca de la arena en el mes de marzo.
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