Gordon, un mestizo de 1,5 años de edad: Hace un mes viene a urgencias con una mejilla hinchada, posiblemente por una picadura de avispa.
Remite con tratamiento antialérgico. Cuatro días más tarde vuelve con la mejilla otra vez hinchada, un examen clínico exhaustivo revela una inflamación de la glándula parótida, una glándula salivar debajo de la oreja, que se nota cuando está inflamada. Además tiene pústulas rojas en el pilar faríngeo que sugiere una inflamación/ obstrucción de la salida de la glándula.
Tratamiento: Antibiótico de amplio espectro. La inflamación de la glándula remite poco a poco cuando de repente reaparece. Pensamos en extracción quirúrgica de la glándula, cuando de repente se hincha mucho con retención de saliva y decidimos abrir, drenar y limpiar la glándula.
Ahora el perro está bien, sin dolor ni fiebre, el hinchazón ha desaparecido.
Si se queda una induración después de esta intervención hay que extirpar la glándula, aunque es una intervención complicada por la situación anatómica de ésta.
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